sábado, 21 de junio de 2008

CACHORROS CONFIANZA Y MADUREZ

Mientras giraba por la tercera base y se dirigía hacia el plato, su jonrón diferencial descansaba en los arbustos detrás de la cerca central de Wrigley Field, Aramis Ramírez sabía la clave para lograr una celebración de victoria sin lastimarse.
Protege tu cabeza.
"Tú no quieres quitarte el casco", dijo Ramírez. "Tú sabes que todos te van a pegar duro".
Y mientras Ramírez saltó en el plato y se paró en el centro de la masa azul y blanca, sus compañeros de equipo hicieron exactamente eso, pegarle en la parte de arriba de la cabeza para celebrar su jonrón en la parte baja de la novena entrada que le dio una victoria a los Cachorros el viernes por 4-3 sobre sus rivales del sur de la ciudad, los Medias Blancas.

AP
Aramis Ramírez levanta su mano tras el jonrón de la victoria"Estábamos buscando alguna extensión [de sus brazos] ahí", dijo Lou Piniella del bambinazo. "Y eso fue lo que conseguimos".
Este puede que sea el mejor momento para revisar cómo van las cosas en el infierno. Puede que esté congelado. Los Cachorros siguen ganando con el mejor récord en Grandes Ligas y triunfan en los juegos que antes perdían con el corazón partido, además de haber aprendido a celebrar.
Tal vez es de esperarse cuando, a mitad del mes de junio, ya superaste el número de victorias (46) que tuviste el año pasado antes del receso del Juego de Estrellas; o cuando tienes foja de 30-8 como local, incluyendo 19 victorias en los últimos 21 partidos; o cuando, desde el 3 de junio, quedaste segundo en victorias en toda la liga.
¿Qué importa si acabas de salir de tu primera racha de tres derrotas de la temporada? ¿Qué importa si, la noche antes, tu cuerpo de relevistas intocables derrochó una ventaja de 3-1 en la derrota de 8-3 ante Tampa Bay? ¿Qué importa si uno de tus mejores bateadores, Alfonso Soriano, está afuera con una mano rota?
¿Tu vuelo no llegó a Chicago hasta el viernes en la mañana? ¿No te acostaste hasta las 3:00 de la mañana? ¿Enfrentas a los vecinos del sur, que están en primer lugar y han ganado tres al hilo?
No importa, al menos no para estos Cachorros.
"Somos mejores", dijo el primera base Derrek Lee. "Tenemos jugadores mejores. Sabemos que somos un buen equipo, jugamos con mucha confianza, y nunca pensamos que vamos a perder".
Ese fue el caso el viernes, cuando los Cachorros y los Medias Blancas se enfrentaron por primera vez como equipos líderes en sus divisiones, frente a 41.106 aficionados súper energizados. Mientras que los jonrones de Jermaine Dye y A.J. Pierzynski le dieron una ventaja a los Medias Blancas 3-1, los Cachorros no se quitaron.
Luego de la primera entrada, los Cachorros no pudieron adelantar un corredor a segunda base, hasta que Lee y Ramírez batearon sus jonrones en cadena contra Octavio Dotel en la séptima entrada para empatar el juego 3-3.
Aunque el bateador inicial de los Medias Blancas llegó a base en la octava y novena entrada, los relevistas de los Cachorros no le dejaron cruzar el plato. En la novena, el cerrador Kerry Wood logró que Jim Thome bateara un globo inofensivo, otro out de globo de Orlando Cabrera, y el árbitro Mike DiMuro le cantó el tercer strike tirándole a A.J. Pierzynski.
Justo después llegó Ramírez al plato para iniciar la novena de los Cachorros, y abalanzó el segundo lanzamiento de Linebrink sobre la pared del jardín central para la victoria.
"Ese es mi trabajo. Yo soy un cuarto bate, un hombre de carreras impulsadas", dijo Ramírez. "La gente espera que yo haga eso".
Y como si eso fuera poco, como si ganarle a los Medias Blancas con un jonrón en la novena entrada no fuera suficiente para satisfacer a capacidad a la Nación de los Cachorros, llegaron noticias al finalizar el juego de que la lesión del hombro de Carlos Zambrano no es tan seria como pareció en un principio.
La imagen de resonancia magnética que se le practicó a Zambrano en el hombro derecho reveló una torcedura menor, un diagnóstico que los oficiales de los Cachorros llamaron "esperanzador". Aunque no se discute todavía cuándo regresará Zambrano, la falta de daño estructural en el hombro alivió a toda la ciudad.
"Son buenas noticias", dijo Ramírez. "Si él no puede jugar, eso sería una gran pérdida para nosotros".
Seguro, aún quedan 87 partidos por jugar. Seguro, los Cachorros todavía no han llegado ni a la mitad de la temporada. Pero este equipo -- a no ser por lesiones -- confía que permanecerá en carrera a largo plazo. Y con juegos como el del viernes es difícil argumentar en su contra.
Tal vez ninguna escena es tan reveladora como la del camerino, sólo minutos después del juego. No había gente brincando, bailando, ni caras adornadas con crema dulce. Para el momento en que los jugadores se habían bañado, vestido y preparado para irse del parque, actuaban como si el jonrón en la novena no fuera gran cosa, como si tuvieran la expectativa de que ganarían en Wrigley con un jonrón en la novena.
Quizás es porque lo hicieron.
"Después de que lo empatamos, era difícil pensar que no íbamos a ganar", dijo el abridor de los Cachorros Ted Lilly. "Tenemos una creencia firme de que vamos a ganar este tipo de juegos. Es nuestra confianza".

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